Bienvenida

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Reciba un cordial saludo desde Quito-Ecuador, es nuestra oración que se encuentre bien y que disfrute de las muchas bendiciones que Dios nos da todos los días. Es un placer para nosotros poder informarle y dar a conocer algunas observaciones iniciales acerca de SEMISUD y sus programas académicos.

Desde su fundación, SEMISUD ha sido identificado como uno que provee innovación, preparación teológica, y participación en la práctica ministerial de personas que procuran con diligencia presentarse a Dios aprobados, como obreros que no tienen de qué avergonzarse, que usan bien la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15).

Por más de 35 años ofrecemos programas académicos que son accesibles, inclusivos, transculturales y transformadores. Creemos que Dios llama y comisiona a las personas sin importar su edad, género, etnia o estrato social. 

Así que, nuestro equipo de trabajo y el profesorado son personas dedicadas y comprometidas a que cada estudiante logre su formación teológica con excelencia y profesionalismo, mientras mantiene su fidelidad a los principios doctrinales fundamentales, pero atreviéndose a explorar de una forma crítica y analítica a los pensadores, los eruditos y las diferentes teorías que informan el pensamiento de la fe cristiana.

Nosotros ofrecemos una variedad de programas certificados y acreditados por diversas agencias y escuelas teológicas, los cuales van desde Certificado, Licenciatura, Maestría y hasta Doctorado. Nuestro seminario también tiene el objetivo de asistir a la iglesia local en preparar a sus ministros para que ellos cumplan con la obra del ministerio. Los programas permiten que el estudiantado no solamente aprenda teorías, sino que les enseñamos a poner en práctica lo aprendido más allá del salón de clase. Para este fin, tenemos modalidades presenciales, semipresenciales y modalidades en línea.

SEMISUD tiene una gran riqueza cultural, cuenta con estudiantes de toda América Latina y gracias a contribuciones externas nos ayudan a generar becas académicas para jóvenes que no tienen recursos económicos suficientes, pero con el deseo y el llamado firme de prepararse para servir en la extensión del Reino de Dios.

Servir a Dios en la participación del desarrollo de ministerios que respondan a las demandas de la realidad contemporáneas, a través de una preparación pentecostal, integral, contextual, eclesiástica y misionera.

Participar en la preparación del liderazgo cristiano nuevo y transformador que la iglesia necesita para los primeros treinta años del siglo XXI.

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